Con el simple hecho “de entrar” en Internet se accede y se puede tanto navegar para buscar información, para “hacer visible” otra tanta u optar por interaccionar con otros. De esta forma pueden ser medidos con barómetros lo personal, lo profesional, lo legal y lo moral con sus relaciones e interrelaciones aún teniendo perfil privado. Por este motivo la intimidad puede ser invadida o trastocada de forma indirecta o directa si no se protege, la imagen en los medios de comunicación corre riesgos a ser trastocada y/o manipulada, las “palabras” en determinados contextos pueden verse transformadas en otros y manipuladas también y más y más temas similares que no sólo conducen a problemáticas diversas ético-morales, juicios y debates sino que pueden conducirse otras problemáticas mayores que surgen a niveles internacionales por lo que resulta clave la conciencia en actuación con la puesta de medidas legales de entre otras.
“Internet es una gran piscina divida en calles y estilos: los obstáculos se deben ver, reconocer y preveer con herramientas” y resulta “puerta del mundo del futuro en el que difícil se viviría si se carece de autocontrol” así como la “puesta atencional” en los diversos medios de comunicación y conciencia en actuaciones junto a la responsabilidad moral respecto a la información personal y a la profesional junto a la concienciación en nuestras actuaciones de cómo influyen estas de forma interpersonal en conciencia colectiva y por estos y otros muchos más motivos para todo tipo de desarrollos respecto al Sistema Real Monetario de Recursos que teníamos antes de sus existencias con Estrategias hacia potenciales Equilibrios Sostenibles en Valores definidos de ámbitos determinados para el continuo cambio de reestructuración de Todo tipo de avances y desarrollos internacionales”*
*Carmen Rodríguez Palomo
El especialista en seguridad Global, Marc Goodman, anterior asesor del FBI, advirtió este año del creciente peligro que puede tener la generalización del “Internet de las cosas” y de que “si no somos capaces de cambiar estas tendencias, nos podríamos ver atrapados en auténticas trampas en las que las fronteras de los intereses de empresas privadas de seguridad, las autoridades y supuestos ciberdelincuentes serán muy difusas”. Por ello y por otros motivos, resultará “mundo de extrema prudencia” a examen en el presente para la “puesta de actuaciones en futuros concretos” por y para todos.
Por ello como “punto cero” la conciencia del conjunto de riesgos resulta primordial para la medibilidad de actuaciones en conciencia. Al principio todos decimos que “controlamos el uso de las tecnologías” y que “pasamos poco y rentable tiempo enfrente de la pantalla” o “interesados en los medios de comunicación y noticias” pero sólo unos cuantos actúan bajo esa conciencia con estrategias y esto no significa que los otros actúen de forma “no consciente” sino que de forma consciente “no dan la importancia merecida”, “actúan sin control” con “posible dañina gestión de la información que proporcionan y/o que gestionan” la cual puede volverse en su contra y de esta forma se “lanzan a la piscina” sin saber después cómo “sacar la cabeza de problemáticas” en las que se han sumergido no sólo por actuaciones sino por los riesgos psicológicos que estas conllevan y que pueden conllevar a la hora de vivir el día a día y de responder ante el presente.
No sólo no existen criterios objetivables de enfoques de control debidos ante el contenido y la calidad de información proporcionada desde los medios de comunicación a la sociedad sino que muchos que salen “corren el riesgo” conscientes o no de ello de que hagan de su imagen “otras cosas” después no legales y de ahí la necesidad no sólo de medidas de protección de la imagen y de la propiedad intelectual sino medidas de control puestas desde el gobierno.
Los ciudadanos (incluídos quienes toman y hacer rectificar decisiones) nos gastamos mucho dinero en subvencionar a televisiones y radios públicas y esto se reparte entre medios privados muchas veces sin objetividad ni transparencia.
“Todos nacemos para ‘ganar’ en mayor o menor medida pero lo potencial es ganar en avance y equilibrio en ámbitos del bienestar” y para ello mejores gestiones de tales maquinarias de impacto a los sentidos nos podrán hacer más competentes, más saludables y más felices en la medida en que los gobiernos tomen las decisiones debidas con bases científicas para desarrollos.
“Ni ese dios ni el más allá existen si las decisiones no son tomadas en vías íntegras de avances conjuntos y tampoco si se remonta a sucesos o ejemplos del pasado en exceso”,
el equilibrio de la balanza que integra cada uno de los ámbitos del bienestar de los ciudadanos reclama atención y buena gestión de otros parámetros no cuantitativos sino cualitativos en la balanza no sólo del bienestar personal y profesional sino de pirámide que puede medir diferentes niveles de equilibrios psicosociales de cada sociedad que influye de forma directa e indirecta a todos y a todas en conjunto.
Nuevos parámetros y nuevas secuencias de actuación respecto a las decisiones personales y profesionales para la correcta gestión atencional son claves a la hora de la prevención y para la protección legal con responsabilidad en conciencia de actuaciones individuales, colectivas e interpersonales.
