La felicidad es una de
las virtudes principales que una
persona puede tener y el único valor final y suficiente en sí mismo, gracias a
ella la satisfacción vital puede ser
obtenida con independencia de las circunstancias personales
Es de responsabilidad personal
el asumir el control de nuestro
propio estado mental ya que el estado de ánimo tiene poder de influencia sobre
el pensamiento, memoria y percepción
La propia vida puede avanzar en un flujo armonioso , mantenidos los elementos del Triángulo del Bienestar:
Integración neural
Coherencia metal
Relaciones empáticas
Nuevas pautas de regulación pueden crearse a través del lugar
interior de estabilidad y de calma
La fortaleza emocional es
la capacidad de mantener niveles
elevados de afecto positivo y de bienestar ante la adversidad y puede ser
adquirida con la experiencia
Los estilos con fortaleza
emocional flexibilizan las emociones
Vivir con fortaleza emocional implica la capacidad de recuperarse de los
estados negativos en vez de eliminarlos de forma completa, se trata de adquirir
flexibilidad emocional
Hay que aceptar el
mundo interno en lugar de te
merlo y evitarlo o detestarlo y atacarlo
Los estilos afectivos
no son grabados por la genética ni la experiencia temprana, son considerados habilidades que pueden aprenderse para
ser desplazados hacia el bienestar
Para no llegar a ser una persona “atrapada en la emoción”, se
debe de conquistar el objetivo de ser una persona
consciente de si misma, persona que acepta resignadamente sus emociones,
consciente:
De los propios estados de ánimo
De los pensamientos acerca de los propios
estados de ánimo
De propios estados internos sin reaccionar
ante ellos y sin juzgarlos
De esta forma, podrás llegar a desembarazarte
de los estados de ánimo negativos
El sentir fomentar
primero el bienestar propio y después
el de otros individuos es importante ya que vivimos en sociedad y parte de la
integración personal está compuesta de formas de empatía hacia otras personas y
puede desarrollarse a través de la atención
una integración empática, creando una
sintonía interna y una valoración
propia de seguridad al:
Compartir el afecto de otra persona
Mantener una representación propia establecida independiente
Disponer de distintos mecanismos
flexibles de regulación emocional que
permitan activar las perspectivas diferentes de una misma y otra persona
Cada persona es responsable de lo que dice, de lo que hace y debería de tener el control sobre lo que piensa para cuidar el bienestar personal y fomentar el del entorno
<El yo no es
consecuencia del destino, se trata de rasgos adquiridos y modelados por el
esfuerzo, podremos ejercitar la propia
capacidad atencional y adquirir las habilidades
necesarias para aumentar la inteligencia
y/o la felicidad>.
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