La necesidad y
el hecho de memorizar vocabulario y
gramática de una lengua extranjera a veces implica un esfuerzo agotador, por
ello es importante esbozar una estrategia rentable en el tiempo y en el
esfuerzo a poner en marcha durante el aprendizaje y autoevaluarse para lograr ser eficiente.
La adquisición
temprana de un idioma conduce a un rendimiento lingüístico más elevado pero
este hecho no determina su progreso ya que este es una función del esfuerzo por
el avance en este y las pruebas de voluntad de mantenerlo en el tiempo. Los
adultos procesamos de distinta manera un idioma extranjero aprendido en edad
adulta que la lengua materna pero está demostrado que el procesamiento de
significado (palabras) es independiente de la edad en la que se adquiere el
lenguaje pero quienes ponen en práctica
la programación neurolingüística y la meditación son capaces de abrir tales
puertas a sus circuitos neurales junto a su refuerzo que resulta un estimable progreso capaz de ser
comparable al aprendizaje que otros hacen desde la niñez.
Al comparar un idioma
adquirido desde la edad temprana con uno posteriormente se puede observar que la asimilación y la respuesta funcionan de
distinto modo ante la infracción de las reglas sintácticas. La diferencia se
manifiesta en la gramática y el procesamiento de la sintaxis depende del
momento en que se adquiere el lenguaje.
Diversos modelos
neurológicos demostraron diferencias entre sintaxis y semántica; sin embargo no
tienen en cuenta todos los aspectos fisiológicos del cerebro que se dan en el
multilingüismo. Las reglas de la construcción de frases se procesan de modo
distinto si se aprende un idioma en edades tardías.
Otros estudios
indican que existe una red neuronal conjunta o como mínimo más solapada que
procesa diversos idiomas. La fuerza de activación de esa red depende del nivel
de rendimiento, las exigencias de las tareas y la edad de adquisición (factor
importante en la función gramatical). De esta forma, para quienes empiezan a
estudiar un idioma en la edad adulta o quieren reforzar sus niveles, se
requieren más recursos que si se aprendiera la lengua en las primeras etapas de
la vida, los cuales no sólo es sólo la constancia y la voluntad sino también
integrar la práctica de diversos tipos de meditación y de la programación
neurolingüística para potenciar el aprendizaje y el cuidado de la memoria.
En el procesamiento
de significado, la relación entre la edad de adquisición y activación cerebral
no es muy estrecha ya que “quien no domina una lengua” deberá esforzarse más
requiriéndose una actividad cerebral mayor con más atención y control.
Existen
circunstancias excepcionales en las que el cerebro es capaz de procesar una
lengua extranjera como si fuera la materna como es el caso de convivencia en el
entorno idiomático y cultural de esa lengua durante un tiempo relevante.
Según el modelo
declarativo procedimental, hay dos sistemas de procesamiento: el sistema
declarativo y el sistema procedimental. El sistema declarativo comprende
conocimientos explícitos y el significado de las palabras se almacenan en la
memoria declarativa y éste trabaja de modo más intenso cuando se aprende el
idioma de forma tardía. En cambio, el sistema procedimental procesa el
conocimiento aprendido de modo implícito sobre reglas o procesos. Ambos sistemas
están basados en redes distintas e integradas.
Las rutinas no se
hayan a disposición del cerebro sin más como sucedía en el idioma materno. Por
ello, el individuo recurre a los conocimientos de su primera lengua e intenta a
través del sistema declarativo, detectar reglas sintácticas que resulten
útiles.
El
entrenamiento mental a través de la meditación y la focalización puede
cambiar el funcionamiento del cerebro y
junto con la práctica de la programación neurolingüística crear nuevas redes placebo
donde instalar la integración de ambos sistemas. Mediante la concentración en
la comprensión y el amor incondicional se fomenta la actividad eléctrica de
regiones mentales superiores y de esta forma se puede cambiar la forma en que
funciona el cerebro a voluntad propia.
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